España: historia, literatura y sociedad. Siglos XIII–XIX

1.6. CONTEXTO HISTÓRICO – LITERARIO

LA POESÍA ÉPICA, LOS CANTARES DE GESTA Y EL POEMA DE MIO CID

La universalidad de la poesía épica, presente en diferentes culturas, naciones y momentos históricos, hace muy compleja la tarea de definirla. Dentro de este género encontramos obras tan diversas como la epopeya sumeria de Gilgamesh, el Ma hábrabata indú, la Ilíada de Homero, la Eneida de Virgilio, las sagas islandesas, la Chanson de Roland francesa, el Nibelungenlied alemán o el Orlando furioso de Ariosto. Entre los elementos comunes que encontramos en sus diferentes manifestaciones podemos destacar la presencia de un personaje central o héroe, que tiene una meta u objetivo concreto que alcanzar mediante la superación de obstáculos de diferente carácter o partiendo de una situación comprometida. Normalmente aparecen también elementos relacionados con la guerra. En su misión, el héroe suele ser ayudado por la divinidad, que interviene en su favor.

En muchas ocasiones, el personaje épico representa las virtudes de un pueblo y se convierte en héroe nacional. Su figura queda vinculada estrechamente con la identidad de un país. Este es el caso del Cid, que puede ser considerado como el héroe de Castilla y, por extensión, de España.

Durante la Edad Media, la poesía épica se manifiesta en los denominados cantares de gesta, especialmente numerosos en Francia. Los cantares de gesta fueron compuestos en su mayoría por clérigos instruidos, que tomaban el material de los poemas divulgados oralmente y dramatizados por juglares y trovadores. Estaban destinados a ser escuchados en recitaciones públicas y no para la lectura privada. Este movimiento se conoce con el nombre de mester de juglaría.

El Poema de Mio Cid (PMC) es el cantar de gesta castellano que nos narra parte de las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, en una combinación magistral entre historia y ficción. El texto ha llegado hasta nosotros en un manuscrito del siglo XIV (conservado actualmente en la Biblioteca Nacional de Madrid), que copia un texto compuesto en 1207, casi un siglo después de que sucedieran los hechos históricos a los que se refiere.

Desconocemos con certeza el autor del PMC. Algunos críticos han llegado a hablar de dos autores diferentes. Lo más probable es que el autor fuese un clérigo culto, de un monasterio cercano a Burgos. Con mucha seguridad se trata de Pedro Abad (Per Abbat) que aparece al final texto que conservamos identificado como copista.

EL ARGUMENTO DEL POEMA DE MIO CID Y LA HISTORIA

La acción histórica del Cid se sitúa dentro del período de la Reconquista española. Tras la caída del Imperio Romano (siglo V), inició en el territorio de Hispania el período visigodo, cuyo reino estableció su capital en la ciudad de Toledo. En el año 711, se produce la primera invasión de los musulmanes, que llegaron a ocupar la práctica totalidad la península Ibérica, con la excepción de un núcleo de resistencia cristiano en los montes de Asturias, liderado por el rey Don Pelayo. Desde allí, se inició la denominada Reconquista, que fue retomando los territorios conquistados por los invasores árabes. De esta manera comenzó la formación de los diferentes reinos hispánicos: reino de Asturias, reino de León, reino de Castilla, reino de Navarra, reino de Aragón, etc. En el siglo XII ya estaba recuperada la mitad norte de la península, quedando el reino árabe de Al-Andalus en la mitad sur. Este largo período de reconquista no terminó hasta el año 1492, cuando los Reyes Católicos llevaron a cabo la expulsión de los últimos árabes que quedaban Granada.

Los reinos cristianos vivieron durante estos siglos un período de inestabilidad, debido a las múltiples luchas internas y batallas contra los musulmanes. Es la época en la que se construyen los castillos defensivos que dieron nombre a Castilla y que aún hoy se conservan imbatibles al tiempo. El Cid Campeador es el héroe que representa a la cristiandad en esta lucha contra el invasor y toma la palabra de Dios y la fe en Cristo como estandartes de su guerra.

El PMC es un reflejo de la realidad histórica y de la sociedad feudal y guerrera castellana. Puede ser considerada una de las gestas más realistas y verosímiles de toda la literatura medieval universal. Los sucesos, el itinerario y los protagonistas de la gesta son casi siempre rigurosamente históricos. El estudioso español Menéndez Pidal intentó explicar el PMC ateniéndose solo a criterios históricos, como si se tratara de una “historia cantada”. Actualmente, la mayoría de los críticos aceptan que los elementos históricos tienen igual importancia que los elementos literarios y ficticios, y que la intención del autor era más artística que histórica.

El tema principal del PMC es el honor del héroe. El Cid queda deshonrado con el destierro (Cantar I), recupera su honra con la toma de Valencia (Cantar II) que vuelve a perder con la terrible afrenta de Corpes, para finalmente recobrarla con las bodas de sus hijas con los reyes de Aragón y Navarra (Cantar III).

El nombre verdadero del Cid fue Rodrigo Díaz de Vivar, personaje destacado durante los reinados de Sancho II (1037–1072) y de Alfonso VI (1047–1109) de Castilla y León. Podemos afirmar que se trata de un héroe de carne y hueso, que no posee la invulnerabilidad ni los elementos fantásticos de otros héroes literarios (como el Sigfrido de los Nibelungos). Según las noticias históricas que tenemos y las referencias literarias sobre su figura, sabemos que fue un estratega de primera fila, excelente caudillo y hábil luchador, a la vez que un buen diplomático y un experto en leyes. El poema destaca igualmente su faceta humana y familiar.

El Cid nació alrededor del año 1040 en Vivar (Burgos), dentro de una familia que pertenecía a una de las categorías inferiores de la nobleza. Llegó a la corte de Fernando I de Castilla (1016–1065) para recibir educación junto al primogénito de este, el príncipe Sancho, que se convertiría en su compañero inseparable. A la muerte del rey Fernando I, su reino se divide entre sus herederos. El príncipe Sancho se consideró siempre el único heredero legítimo, como hijo mayor que era. Colocó al Cid al frente de su ejército y, junto a él, derrotó a sus hermanos los reyes Alfonso de León y García de Galicia. Sancho fue asesinado, lo que permitió a Alfonso recuperar el trono y ser coronado como rey de Castilla y León. Según la tradición, el Cid hizo jurar a Alfonso que no había tomando parte en la muerte de su hermano Sancho. A pesar de guardarle rencor por esta humillación, Alfonso formalizó el casamiento del Cid su prima Jimena Díaz para sellar la alianza entre castellanos y leoneses.

Sin embargo, las envidias de los caballeros leoneses crecieron y desembocaron en el destierro del Cid. Este es el primer motivo de deshonra para el Cid, que se ve obligado a salir de Vivar alejándose de su familia, momento donde comienza el Cantar I del PMC.

En el Cantar II se narran las bodas de las hijas del Cid. A pesar de la amenaza almorávide, el Cid logra apoderarse de Valencia (1094). En el destierro y hasta la conquista de Valencia, el Cid guerreará al servicio del rey moro de Zaragoza, derrotará al conde de Barcelona Berenguer Ramón por dos veces, se reconciliará y caerá nuevamente en desgracia con el rey Alfonso. El monarca castellano concede el permiso para que doña Jimena y sus hijas se reúnan en Valencia con el Cid. El rey aconseja el casamiento de sus hijas con los infantes de Carrión, nobles cortesanos leoneses. Se celebran las bodas con grandes festejos.

En el Cantar III los infantes de Carrión dan muestra de su cobardía en diferentes episodios y son objeto de burla por parte de la corte. Para vengarse, piden al Cid que les deje partir con sus mujeres. En el camino, paran en un bosque, donde las atan y azotan cruelmente hasta casi matarlas en el dramático episodio conocido como “la afrenta de Corpes”. El Cid pide justicia al rey Alfonso por la terrible deshonra a sus hijas. El rey decide celebrar cortes en Toledo, para el enjuiciar a los criminales. Allí aparecen unos mensajeros que solicitan la mano de las damas para los infantes de Aragón y Navarra, uniones que se produjeron (aunque no lo narre el cantar) y que llevan consigo la recuperación completa del honor perdido por el Cid.

TAREAS COMPLEMENTARIAS

¿Quieres saber más sobre el Cid y sobre los lugares en los que sucede la acción del poema? Visita la siguiente página en internet. http://bib.cervantesvirtual.com/bib_obra/cid/

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